sábado, 22 de octubre de 2011

Cine maldito, sin fecha de estreno

Con motivo del próximo estreno de la película póstuma de River Phoenix, Dark blood, comentamos tres películas malditas que nunca han sido estrenadas: The other side of the wind, de Orson Welles; The day the clown cried, de Jerry Lewis; y Kaleidoscope, de Alfred Hitchcock.

SANTI LOMAS | MADRID

Los fans de River Phoenix están de enhorabuena. El joven de cabellos dorados que conquistó al público juvenil de hace dos décadas con títulos como Cuenta conmigo, Indiana Jones y la última cruzada o Mi Idaho privado regresa a las pantallas con el estreno póstumo de Dark blood, la película en la que trabajaba antes de morir. El suceso ocurrió la noche de Halloween de 1993: Phoenix falleció en Los Ángeles con 23 años debido a una sobredosis de heroína y morfina, dejando el rodaje de Dark blood inconcluso, a falta de 11 días de rodaje.
El director del filme, el holandés George Sluizer, anunció el pasado miércoles que, debido a que había guardado durante todos estos años el material rodado y había resuelto ya los problemas legales de rigor, el filme se estrenaría en 2012. Debido a que, en sus propias palabras, cuenta con todos los exteriores rodados y solo faltaban algunas escenas de interiores, espera remontar con éxito el filme, confiando que el actor Joaquin Phoenix, colabore aportando una voz en off que relate la infancia del personaje protagonista. Sin embargo, la familia Phoenix ya ha emitido un comunicado anunciando que no participarán en la reelaboración de la película.
Dark blood es un drama sobre un joven ermitaño que vive en un desierto, campo de pruebas nucleares, esperando el fin del mundo. Su tranquilidad será alterada por la llegada de una pareja, encarnada por Judy Davis y Jonathan Pryce, que buscan cobijo en su hogar. Sin embargo, no es el primer caso de lo que a título popular se considera como “cine maldito”, películas que por motivos diversos (problemas legales, fallecimiento de un actor o director, o dificultades para acabar de financiar su rodaje) nunca llegan a estrenarse o, en caso de resultar exhibidas, se encuentran mutiladas, incompletas o, en definitiva, nunca se corresponden con la idea final que estaba prevista.
Muchos son los títulos que se podrían englobar dentro de esta categoría: Que viva México o El prado de Bezhin, de Sergei Eisenstein (la primera, sin acabar de rodar; la segunda, prácticamente destruida en la Segunda Guerra Mundial); las películas póstumas de estrellas como Marilyn Monroe (Something’s got to give), Bruce Lee (Juego con la muerte), o Heath Ledger (El imaginario del Doctor Parnassus); así como otras particularidades, como Manolete, que solo se ha estrenado en Francia, o Sweet Movie, de Dusan Makavejev, cuyo rodaje abandonó la actriz principal debido a que los contenidos expuestos en algunas escenas eran de carácter prácticamente pornográfico.
No obstante, todas las películas mencionadas se enmarcan dentro del colectivo de cintas que, incompletas o remodeladas, han sido estrenadas o exhibidas de alguna manera. Así pues, muchas otras siguen en estanterías de productoras o particulares, marcadas por un futuro incierto. Tres casos particularmente notables son los que a continuación se abordan.

THE OTHER SIDE OF THE WIND (Orson Welles)
El último proyecto del director Orson Welles jamás se terminó. Welles, cuya falta de disciplina en los rodajes le llevaba a acometer largas producciones y que los productores jamás confiaran en él, cuenta a día de hoy con otras 2 películas no acabadas y que sí han sido estrenadas. La primera es It’s all true (1943), cuyo abundante metraje rodado y sin embargo no acabado, fue remontado y estrenado hace años, y la otra en Don Quijote (1992), producción rodada en parte a lo largo de décadas, paralizada por la muerte del actor protagonista y del propio Welles, “acabada” por Jesús Franco para la Expo de 1992 con materiales de archivo.
The other side of the wind fue filmada en 1972 casi en su integridad, según Oja Kodar, actriz y última pareja sentimental del genio, que a pesar de avanzar en su producción, nunca la dio por acabada. Protagonizada por John Huston, Lili Palmer, Peter Bogdanovich, Dennis Hopper y Oja Koda cuenta la historia de un viejo director de Hollywood. En enero de este año, según publicaba The Observer, los derechos del filme fueron vendidos, pudiendo lograrse un acuerdo para su exhibición, tras previas falsas alarmas surgidas en los últimos años.
Los abogados de la familia del Sha de Persia, uno de los mecenas de Welles, se muestran convencidos del buen ritmo que lleva el proyecto en los últimos tiempos, sin embargo, otros productores del mismo, como el español Andrés Vicente Gómez, opina que “es impensable que se pueda exhibir. Son horas y horas rodadas en 16 milímetros y si Welles en ocho o 10 años no fue capaz de terminarla será por algo. Creo que montarla y estrenarla es una traición que ninguno de sus herederos tiene derecho a ejercer”.
Los derechos de la película parecen estar ahora en posesión de un familiar del Sha de Persia, Jacqueline Boushehri, y Oja Kodar. El director Peter Bogdanovich, participante en su día en la producción, aseguran que el proyecto ya está casi acabado, a la espera de ser exhibido. Hasta ahora, solo se han podido ver algunas escenas del filme, dentro de un documental que se realizó en torno a la figura de Welles, que previamente él había proyectado públicamente.

THE DAY THE CLOWN CRIED (Jerry Lewis)
Tras haber perdido la confianza de los productores de Hollywood debido a una sucesión de fracasos comerciales, el director y actor Jerry Lewis, popular por títulos como El terror de las chicas o El profesor chiflado, se embarcó en 1972 en el rodaje del que prometía ser su primer papel “serio”, aunque con matices cómicos.
The day the clown cried está realizada, según algunas fuentes, en un 92 por ciento, y cuenta la historia de un payaso alemán (Lewis) enviado a Auschwitz para hacer reír a los niños judíos que van a morir en la cámara de gas. A pesar de mostrarse inicialmente escéptico, decidió jugársela para tratar de recuperar el prestigio perdido.
Lewis se documentó con pasión sobre el tema, visitando los campos de concentración de Dachau y Auschwitz y perdió 17 kilos para afrontar el papel protagonista. Le acompañarían en el reparto la reconocida actriz sueca Harriet Anderson, el alemán Anton Diffring y un grupo de niños, también suecos.
La realización del proyecto, calificada por algunos de “la tragedia personal de Lewis”, fue una acumulación de desastres: el productor se mantenía indiferente, se perdieron los derechos sobre el guión y Lewis tuvo que invertir su propio dinero, quedando muy mermadas su cuenta bancaria y su salud en un rodaje de ciento trece días.
Con el productor original del filme muerto y con un Jerry Lewis que evita hablar del tema, poco se sabe de la situación actual del filme. Lo que es seguro es que quedó sin terminar, que Lewis resultó endeudado al no recibir el pago de 600.000 dólares que le debían los productores, y los guionistas y sucesores de los productores mantienen posturas opuestas sobre si se debe acabar la película. En cualquier caso, se trata de una cinta demasiado dramática e incómoda para la figura de un cómico como Jerry Lewis. Se sabe que Lewis tiene una copia en video de lo que se rodó (él fue el inventor de la técnica del rodaje asistido por vídeo), pero el negativo original está en poder de los estudios suecos y los guionistas conservan el copyright.

KALEIDOSCOPE (Alfred Hitchcock)
Tras la realización de Marnie, la ladrona y Cortina rasgada, el maestro del suspense, Alfred Hitchcock, había perdido un poco el favor del público, que le había dado el éxito absoluto con sus anteriores producciones. Los críticos también señalaron ciertas imperfecciones en ambas y fue por ello por lo que el director inglés (a pesar de contar con cerca de setenta años) quiso renovar su imagen y ofrecer una película que se desmarcase de sus realizaciones convencionales y siguiese las líneas de ruptura estética que se estaban dando en Europa desde finales de los años cincuenta. Así pues, en 1967 estaba listo ya el guión de Kaleidoscope, una película muy arriesgada que contenía enormes dosis de sexo y violencia, tratadas de manera muy explícita.
Partiendo de la historia de Neville Heath, un oficial de la RAF que en 1946 violó, mutiló y asesinó a dos mujeres, después condenado a muerte, en el guión de Hitchcock, la policía le pone como trampa a una agente que se postula como posible víctima. El director rodó algunos rollos de película a modo de ejercicio previo sobre la línea estética que deseaba seguir que, en el momento en que fueron presentados a los directivos de la Universal, fueron rechazados dado el carácter explícito de sus imágenes, demasiado transgresoras para el cine norteamericano de aquel entonces.
Hitchcock se ofreció a hacerla por un bajísimo presupuesto, inferior al millón de dólares, y con actores desconocidos (estrategia mediante la que logró rodar Psicosis años antes, aunque con actores semiconocidos). Sin embargo, el proyecto no siguió adelante: algunas ideas fueron retomadas por Hitchcock en el ya de por sí atrevido filme Frenesí, y a día de hoy solo se cuenta oficialmente con imágenes de lo rodado, algunos rollos de película de aquel “ensayo” y documentación relativa a lo que iba a ser la producción, todo ello encontrado dentro del material que la hija del director inglés donó hace unos años a la Academia de Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles.

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